El pasado 24 de abril la Organización mundial de la salud (https://www.who.int) publicó nuevas pautas en relación a la actividad física, el sedentarismo y el sueño para niños de hasta 5 años.
Esto generó muchos comentarios sobre el uso de la pantalla, lo cual incluye TV, teléfonos inteligentes, computadores, tablets y video juegos, ya que recomienda que niños menores de 3 años no deberían ser expuestos a la pantalla del todo y aquellos niños entre 3 y 4 años de edad podrían estar expuestos a la pantalla como máximo 1 hora al día. Además, recomienda horas de sueño y actividad física de acuerdo a las edades, lo cual no varía mucho de las pautas publicadas anteriormente.
https://www.who.int/news-room/detail/24-04-2019-to-grow-up-healthy-children-need-to-sit-less-and-play-more
Durante los últimos 20 años ha habido muchos estudios en los cuales se busca identificar los efectos de las pantallas en el cerebro de los niños. Sin embargo recién estos últimos años han salido a la luz los resultados.
¿Cómo funciona nuestro cerebro?
Acá les vamos a hablar de la Dopamina
La Dopamina es un neurotransmisor del sistema nervioso central. En términos simples, la dopamina es el sistema de recompensa que tiene nuestro cerebro. Cuando una persona realiza una acción que lo satisface o cumple un deseo, el cerebro genera dopamina, esta es la encargada de regular la motivación y el deseo, así como también induce a que aquellas conductas que han resultado de alguna manera positivas y beneficiosas para la persona, quieran volverse a repetir. Con la evolución del ser humano, la dopamina se ha transformado en un mecanismo de supervivencia, ya que incentiva funciones biológicas como comer, hacer deporte y procrear. Una vez que logramos satisfacer esas necesidades, la dopamina baja y luego repetimos esas actividades satisfactorias. Cuando una persona come algo que se le antoja, como por ejemplo chocolate, la dopamina aumenta en un 50%, ya en un estudio hecho en 1998 por M. J. Koepp descubrieron que los videojuegos aumentan la dopamina en un 100%, es por este aumento en la dopamina que los niños quieren volver a jugar repetidamente un videojuego, y al parar les viene la angustia de querer más (volver a elevar la dopamina).
Victoria L. Dunckley M.D. psiquiatra y autora del libro “Reset your child´s brain” escribió un artículo para la revista Psychology Today donde enumera las alteraciones que sufren nuestros niños al estar expuestos a la pantalla:
1. El tiempo de pantalla interrumpe el sueño y desincroniza el reloj del cuerpo.
Debido a que la luz de los dispositivos de pantalla imita el día, suprime la melatonina, una señal de sueño liberada por la oscuridad. Solo unos minutos de estimulación de la pantalla pueden retrasar la liberación de melatonina por varias horas y desincronizar el reloj corporal. Una vez que se interrumpe el reloj del cuerpo, ocurren todo tipo de reacciones no saludables, como el desequilibrio hormonal y la inflamación del cerebro. Además, la excitación alta no permite el sueño profundo, y el sueño profundo es la forma en que nos curamos.
2. El tiempo de pantalla desensibiliza el sistema de recompensa del cerebro.
Muchos niños están "enganchados" a la electrónica y, de hecho, los juegos liberan tanta dopamina, el químico que se siente bien, que en una exploración del cerebro se ve igual que el consumo de cocaína. Pero cuando las vías de recompensa se usan en exceso, se vuelven menos sensibles y se necesita más y más estimulación para experimentar placer. Mientras tanto, la dopamina también es crítica para la concentración y la motivación, por lo que no hace falta decir que incluso pequeños cambios en la sensibilidad a la dopamina pueden causar estragos en la forma en que un niño se siente y funciona.
3. El tiempo de pantalla produce "luz en la noche".
La luz nocturna de la electrónica se ha relacionado con la depresión e incluso el riesgo de suicidio en numerosos estudios. De hecho, los estudios en animales muestran que la exposición a la luz basada en la pantalla antes o durante el sueño causa depresión, incluso cuando el animal no está mirando la pantalla. A veces, los padres son reacios a restringir el uso de aparatos electrónicos en la habitación de un niño porque temen que el niño entre en un estado de desesperación, pero en realidad quitar la luz de la noche es protector.
4. El tiempo de pantalla induce reacciones de estrés.
Tanto el estrés agudo (fight-or-flight: lucha o huida) como el estrés crónico producen cambios en la química cerebral y hormonas que pueden aumentar la irritabilidad. De hecho, el cortisol, la hormona del estrés crónico, parece ser tanto una causa como un efecto de la depresión, creando un círculo vicioso. Además, tanto las vías de hiper articulación como las de adicción suprimen el lóbulo frontal del cerebro, el área donde realmente tiene lugar la regulación del estado de ánimo.
5. El tiempo de pantalla sobrecarga el sistema sensorial, fractura la atención y agota las reservas mentales.
Los expertos dicen que lo que a menudo está detrás del comportamiento explosivo y agresivo es un enfoque pobre. Cuando la atención sufre, también lo hace la capacidad de procesar el entorno interno y externo, por lo que las pequeñas demandas se convierten en grandes. Al agotar la energía mental con altos aportes visuales y cognitivos, el tiempo de pantalla contribuye a las bajas reservas. Una forma de "aumentar" temporalmente las reservas agotadas es enojarse, por lo que los derrumbes se convierten en un mecanismo de defensa.
6. El tiempo de pantalla reduce los niveles de actividad física y la exposición al "tiempo verde".
Las investigaciones muestran que el tiempo al aire libre, especialmente la interacción con la naturaleza, puede restaurar la atención, disminuir el estrés y reducir la agresión. Por lo tanto, el tiempo dedicado a la electrónica reduce la exposición a los potenciadores naturales del estado de ánimo.
Victoria L. Dunckley dice:
En el mundo de hoy, puede parecer una locura restringir la electrónica de manera tan drástica. Pero cuando los niños están luchando, no les estamos haciendo ningún favor al dejar los dispositivos electrónicos en su lugar y con la esperanza de que puedan relajarse al usarlos con "moderación". Simplemente no funciona. En contraste, al permitir que el sistema nervioso regrese a un estado más natural con un estricto ayuno, podemos dar el primer paso para ayudar a un niño a estar más tranquilo, fuerte y feliz.
Acá pueden ingresar para ver el artículo completo:
https://www.psychologytoday.com/intl/blog/mental-wealth/201508/screentime-is-making-kids-moody-crazy-and-lazy
Comments